En Costa Rica no tenemos otoño. Nuestro clima se mueve entre estación seca y lluviosa, sin esos paisajes de hojas doradas que vemos en películas o en otros países.
Y sin embargo, hay algo en el ritual del otoño que todas necesitamos.
Porque aunque no lo marquen los árboles, nuestro corazón también busca pausas, cambios y transiciones. Vivir las estaciones aunque sea simbólicamente le da a nuestra mente una sensación de orden, novedad y renovación.
La psicología positiva lo confirma: crear rituales que nos conecten con los ciclos de la naturaleza ayuda a nuestra salud mental. Nos recuerda que soltar no es perder, es abrir espacio para lo nuevo. Y que cada etapa, incluso las más oscuras, traen belleza y aprendizaje.
En Ossa elegimos honrar el otoño a través de velas y aromas que abrazan:
* La canela y el clavo, que reconfortan el alma en días fríos por dentro.
* La naranja y el limón, que devuelven luz y claridad mental.
* La calabaza y la manzana, que saben a hogar, cosecha y gratitud.
Encender un wax melt otoñal o una vela de soya con aceites esenciales no es solo aromatizar la casa: es darle a tu día un ritual. Es recordarte que, aunque vivamos en un país sin estaciones, tu también puedes elegir un momento para pausar, para agradecer y para renovarte.
Porque nuestra salud mental necesita estaciones.
Necesita despedidas, pausas y nuevos comienzos.
Y aunque aquí el clima no cambie, nosotras sí podemos cambiar con cada estación que elegimos vivir.
Gracias por estar aquí. Me llena de ilusión saber que mis palabras encuentran eco en ti, que lo que escribo no se queda solo en mi pensar, sino que vibra y conecta con alguien más.
Un abrazo enorme,
Laura